Entonces, ¿qué ha cambiado realmente? Está claro que no estamos condenados como individuos a existir en un mundo totalmente digital. Esto no es Tron, la película de 1982 que examinaba cómo cambiarían todas las reglas si pasáramos a un dominio exclusivamente digital. Somos seres físicos, cómodamente encerrados en nuestro continuo espacio-tiempo, definiéndonos por dónde estamos, qué hora es y con quién nos relacionamos (que según una definición son los tres elementos centrales de nuestra conciencia). Construimos vallas, comemos fresas, nos cortamos las uñas. Eso no cambiará. ¿A qué viene tanto alboroto? En nuestra opinión, la verdadera alteración de nuestras vidas tras el pivote puede verse en cuatro dimensiones: tiempo, velocidad, escala y dominio. El impacto de estas dimensiones no lo sentirán más los individuos, sino las instituciones.
Nanosegundo
Velocidad de la luz (c)
Sin límites
Suprahumanos
Teniendo en cuenta que el tiempo, la velocidad, la escala y el dominio son diferentes ahora, dediquemos un momento a reflexionar sobre los cambios provocados por cada uno de estos elementos. Podemos enumerar aquí algunos cambios generales, pero como líder, se beneficiará enormemente si añade a estas listas los cambios en su propio paradigma de trabajo. Unos cambios que requerirán su reconocimiento y acción si su organización quiere sobrevivir y seguir siendo relevante.